En una ceremonia cargada de emociones, homenajes y profundo sentido patriótico, el periodista y escritor Carlos T. Martínez puso en circulación el tomo XXVIII de su reconocida serie editorial “Grandes Dominicanos”, una obra que exalta las trayectorias de ciudadanos ejemplares de la República Dominicana.
El evento se celebró en la Sala Aída Bonnelly de Díaz del Teatro Nacional Eduardo Brito, con la presencia de destacadas figuras del ámbito cultural, académico, comunicacional y político, así como familiares y allegados de los homenajeados incluidos en esta nueva entrega.

Una noche de reconocimiento y memoria histórica
La conducción del acto estuvo a cargo de la comunicadora Wanda Sánchez, mientras que la bendición fue pronunciada por Mariam Grey Martínez Díaz, marcando el inicio formal del encuentro.
La mesa de honor estuvo compuesta por:
- Carlos T. Martínez, autor de la obra
- Luis González, politólogo
- Jesús Nova, comunicador y director general de la División Radial de Radio Televisión Dominicana
- Ramón Saba, poeta e intelectual
- Vanegrey Ramírez de Martínez, esposa del autor
El momento central de la noche fue la presentación del nuevo volumen por parte de Ramón Saba, quien subrayó el valor de este proyecto como una herramienta para la preservación de la memoria histórica nacional y un acto de reconocimiento a dominicanos y dominicanas que han dejado huellas significativas en distintos ámbitos de la sociedad.
Un homenaje en vida al mérito y la entrega
Durante su intervención, Carlos T. Martínez reafirmó su compromiso con honrar a figuras que representan la ética, la excelencia y el trabajo silencioso, haciendo eco de la frase de Pedro Henríquez Ureña: “América suele dejar en las sombras”.
Este tomo XXVIII de “Grandes Dominicanos” reúne a 33 personalidades de sectores como el arte, la medicina, la comunicación, el periodismo, el servicio público, la literatura y la educación, destacando la diversidad del talento que construye nación desde distintas trincheras.
Celebración de la vida y el legado
La actividad concluyó con un ambiente de gratitud colectiva, acompañada de firmas de libros, fotografías y muestras de afecto hacia un autor que ha hecho de su oficio un ejercicio de luz, memoria y justicia simbólica para los grandes dominicanos del presente.

